EDITORIAL

EDITORIAL

 

 

Masculinidades hegemónicas y Genética

Hegemony masculinities and Genetics

 

 

Cada ser humano es el resultado de una contribución genética equitativa, aportada por la madre y por el padre, y de factores no genéticos (socioculturales), que interactúan con los propios genes para determinar al ser bio-psico-social que somos.

Al observar la percepción que se posee sobre factores de riesgo relacionados con una insuperable aptitud reproductiva, es notable la diferencia en la importancia que se le atribuye al rol de cada género en la responsabilidad hacia la reproducción y también en el cuidado de la propia salud. En términos de salud reproductiva, por ejemplo, se prioriza y dedica la mayor atención a los factores de riesgo relacionados con la salud de la madre, más que con la del padre, y se subestiman factores no genéticos, que no solo se trasladan culturalmente en la educación de los hijos, sino que actúan sobre la información genética del propio padre, modificándola o influyendo sobre ella, de tal modo, que genera riesgos para la procreación y futura salud de sus descendientes.

Durante siglos, el proceso de construcción de lo masculino ha estado asociado a la desvalorización de la feminidad y la misoginia y ha incorporado como núcleo central de su configuración un conjunto de atributos, algunos de los cuales constituyen significativos factores de riesgo para la salud de los hombres y su descendencia, lo que, a su vez, tiene implicaciones negativas de múltiples dimensiones para las familias y la sociedad. Frecuentemente, e stos problemas tienen lugar producto de las pautas de idealidad prevalecientes en la sociedad, originadas en etapas históricas previas, pero que, por su fuerza, se imponen con mayor o menor grado de aceptación en diferentes grupos sociales a través de la crianza familiar y la socialización de género.

En todas las épocas y contextos se ha promovido un modelo de éxito de lo que es "ser hombre", que perdura hasta nuestros días y constituye una meta a alcanzar por muchas familias donde nacen niños varones, a los cuales no solo les es asignado ese patrón, sino que ellos mismos se esfuerzan al máximo por asumirlo y ponerlo en práctica, de forma tal que puedan ser bien valorados en su entorno. Sucede muchas veces que, este rol de hombre que comienza a desplegarse en la medida que avanza la construcción de la masculinidad en los sujetos varones, es portador de contradicciones que laceran su integridad personológica; así, detrás de lo pautado a través de normas y expectativas sociales, se enmascara la real coherencia de cada uno de estos seres humanos.

La experiencia cotidiana demuestra que sea legítimo o falseado el proceso de asunción de los patrones exigidos de masculinidad, el ser hombres hoy es una mediación importante relacionada con los indicadores de salud, lo que, tanto a nivel internacional como en Cuba, se expresa en la existencia de manera sostenida de sobremortalidad masculina asociada a las enfermedades que aportan la mayor cantidad de muertes cada año.ª

En la base de estas problemáticas pueden estar presentes inadecuados estilos de vida de causalidad macrosocial, institucional, grupal e individual, lo que demanda de manera impostergable y de un modo más efectivo la labor de promoción-prevención en salud.

El enfoque de género que ha caracterizado a las políticas públicas cubanas, aunque ha ido progresando de un modo positivo con el paso del tiempo, desde su surgimiento ha tratado de promover relaciones simétricas. En las últimas décadas ha ido logrando superar el enfoque más centrado en las mujeres que lo identificó desde su surgimiento. Este no es un asunto resuelto en las políticas y por tanto continúa expresándose en los programas, especialmente, los vinculados a la salud pública. Cada vez más se aboga por la participación de los hombres en los procesos de salud, pero aún queda mucho por hacer, más en la práctica que en el discurso.

Ha sido señalado en diversas publicaciones que ya es hora de trascender las convocatorias a los hombres para involucrase en la autogestión de la salud solo centradas en los intereses de las mujeres.(1,2) Es necesario que tales cuestiones partan del reconocimiento de las necesidades de cambio de los hombres para que puedan ser mejores seres humanos y personas más saludables, lo que implica que se identifiquen los aspectos que segregan a los hombres respecto a su salud y la de su descendencia.

Se requiere, además, superar el enfoque binario de género con que se trabaja, no solo en el discurso público, sino también en la práctica social. Se debe pasar de "lo masculino" a "las masculinidades" y de lo "femenino" a las "feminidades". Este tema aparece cada vez mejor tratado, tanto en el ámbito académico como político. Sin embargo, aunque se perciben avances, continúa necesitando que se le preste la debida atención.

A efectos de la promoción-prevención en salud genética masculina, la intervención profesional consiste en la actividad que el profesional realiza para facilitar el proceso de identificación de contradicciones y la búsqueda de soluciones por parte de los usuarios de los servicios de salud respecto a los objetos y fenómenos de la realidad que potencian o afectan negativamente su salud genética. La búsqueda de su bienestar, emancipación y dignificación, implica la construcción y realización por parte de estos de proyectos con enfoque sostenible y de autodesarrollo.(3)b Seguramente, las alternativas que se encuentren estarán asociadas a la no aparición de riesgos genéticos o a la identificación de estos así como de los aspectos que contribuyan a atenuar-disminuir los efectos de las enfermedades.

Pueden considerarse elementos importantes de estas intervenciones, el fortalecimiento de las actitudes y conductas protectoras, la evaluación e identificación de riesgos, los diagnósticos presintomáticos, los diagnósticos, la búsqueda de soluciones, las evaluaciones y sistematizaciones de las experiencias, así como potenciar los epistemas básicos de lo comunitario como cualidad del desarrollo: conciencia crítica, participación, cooperación y proyectos.

Las investigaciones han identificado un conjunto de indicadores de masculinidad hegemónica, algunos de los cuales los lectores podrán ver abordados en el presente número de la Revista Cubana de Genética Comunitaria, que contiene nueve artículos, tres de revisión y cinco originales. Una característica específica de la propuesta consiste en el diálogo multidisciplinario acerca del objeto tratado: la relación masculinidades-salud. Entre los tópicos más sobresalientes los lectores podrán encontrar el costo social para la salud del proceso de construcción de la masculinidad hegemónica y sus expresiones en la infertilidad y la paternidad disfuncional, la importancia de la participación social de los hombres en la gestión de su salud, la relación salud masculina-empleo, el estudio de la contribución genética paterna para la presencia de defectos congénitos en la descendencia, la paternidad desde la perspectiva individual de padres de hijos con discapacidad de causa genética y el tratamiento de estos temas en la literatura internacional y cubana.

Tenemos la certeza de que al socializar esta información y promover el debate y reflexiones sobre el tema entre nuestros profesionales, estaremos favoreciendo el desarrollo de una praxis que priorice -como se hace para los factores de riesgo asociados a la salud de la mujer- acciones interventivas y transformadoras asociadas a la promoción-prevención de los factores de riesgo de masculinidad hegemónica. Ello puede contribuir de manera significativa a mejorar los indicadores en el cuadro de salud general de la población cubana.

El conocimiento en relación con este tema alcanzado por los investigadores del Centro y la Red Nacional de Genética Médica en los últimos años y la comprensión de cuán necesario resulta abordarlo en lo inmediato son las razones esenciales por las que nuestra institución le concede una especial atención. En la actualidad, tal prioridad está expresada en su política científica a través del proyecto de investigación "Estrategia comunitaria para la promoción-prevención de la salud genética en la atención primaria de salud", en sus proyecciones académicas, mediante el curso de postgrado "Masculinidad hegemónica, salud y herencia epigenética. Estrategias para su prevención" y en la incorporación del enfoque de masculinidades en el "Programa Nacional de Diagnóstico, Manejo y Prevención de Enfermedades Genéticas y Defectos Congénitos", a partir de la concepción de desarrollo local-comunitario.

 

 

Ramón Rivero Pino

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Liendro E. El proceso de incluir a los hombres. Notas para un debate. En, Democracia de género. Una propuesta inclusiva: contribuciones desde América Latina y Europa. Meentzen A, Gomáriz E, compiladores. El Salvador: Fundación Heinrich Böll; 2003.

2. Rivero Pino R. Pensar las masculinidades. La Habana: Editorial CENESEX; 2015.

3. Rivero Pino R. Autodesarrollo Comunitario. Crítica a las medicaciones sociales recurrentes para la emancipación humana. Santa Clara: Editorial Feijóo; 2005.

 

ª Para profundizar en el conocimiento de este asunto pueden consultarse los Anuarios Estadísticos de Salud, elaborados por el Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba.

b Esta conceptualización es un aporte mío. Aparece registrada en la referencia correspondiente.

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